Se cansó de sus reproches y sus palabras cursis, de escucharla decir que quería un hijo, de su chévere.
Se fue, no sé si a por tabaco, a por mujeres, a por el diario o a buscar fortuna. Pero se fue, dejándola a ella sola y dejando solo el paraguas.
- Se irá a un lugar donde no lo necesite, como a mí.- Pensaba Carmen.
Y ahora el paraguas que les resguardó durante sus románticos paseos por Boyaca, los Campos Elíseos, la Gran Vía... reposa sobre una balda de un almacén de apenas 1'80cms de alto.
Reposa cada día, llueva o no llueva, porque Carmen es previsora, siempre lo ha sido. O por lo menos desde que yo la conozco; aunque supongo que no vio venir el abandono de su marido y el encuentro con el paraguas.
Y ahí está el paraguas, que por un lado desearía haberse ido con él, a conocer mundo o mujeres; pero por otro, le gusta esa fría balda de almacén y la esperanza de protegerla cuando vuelva a sacar su cámara y su orgullo.
Encontrado en: Almacén Musgo, CC. Moda Shopping, Madrid.
15.I.10 18:07h